Adriana es una pequeña que sueña con un mundo de paz, de respeto, de risas y amor para las niñas y los niños.
Con apenas 8 años de edad, sabe que los adultos tienen mucho por hacer para dejarles un mundo mejor, “deben ser un buen ejemplo para nosotros, protegernos y respetarnos”, dice.
Actualmente, Adriana estudia el tercer grado de primaria en la escuela Ford 135, un espacio en el que se siente muy feliz, al lado de sus amigas Danna, Constanza, Renata y Karina.
En su escuela disfruta mucho de las clases de español, pues es una niña a la que le gusta mucho leer cuentos y escribir, sobre todo en su diario.
Es una niña dedicada a su aprendizaje, aunque confiesa que lo mejor de hacer su tarea es que su mami le ayude, porque es la persona que mejor le explica, “pues claro, es psicóloga y maestra, por eso le entiendo más a ella”.
Para Adriana, lo mejor de ser niña es poder volar con su imaginación, tener la libertad de opinar, de pensar y de jugar a lo que le gusta.
“Me gusta mucho jugar, reír y correr. Soy una niña muy divertida, me gusta hacer reír a mis amigas”.
Después de la escuela, disfruta mucho estar en su cuarto, donde puede dibujar y jugar a la estética con sus muñecas.
Algo que también disfruta es jugar con su perrito Chihuahua, de nombre “Churro”, “lo quiero y lo cuido mucho, porque me gustan mucho los animalitos, tanto, que cuando crezca quiero ser veterinaria”.
Adriana es una niña agradecida por todo lo que tiene, aprecia y valora lo que su papá y su mamá Viridiana hacen por ella y por su hermano.
“Cada día del niño, mis papás me preparan una sorpresa, y eso es algo que todos los niños en el mundo merecemos: ser amados y cuidados por nuestros papás”.