Wilima es una jovencita wixárika de 19 años de edad, que sueña con ser maestra para regresar a la Sierra Norte de Jalisco a enseñar a los niños de su tierra. Su nombre significa ofrenda a las deidades, en la tradición Wixárica.
El ejemplo lo sigue de su padre, el señor Jesús Minjares Robles, quien tuvo la oportunidad de estudiar hasta la preparatoria y regresó a su pueblo a enseñar; ahí mismo, formó su familia.
Wilima Minjares Minjares es la más chica de ocho hermanos, originaria de la comunidad de las Latas, cerca de Santa Catarina, en el municipio de Mexquitic, Jalisco y, hoy, viene a Zacatecas buscando la oportunidad para estudiar y llegar a ser maestra.
Su educación primaria la realizó en la escuela bilingüe Benito Juárez, ubicada en la comunidad donde creció; la secundaria la estudió en la escuela Vicente Escudero y el bachillerato en la Unidad Académica Preparatoria plantel 13 de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), ubicado en Valparaíso.
Y aunque ha pasado por su mente ser odontóloga o veterinaria, hoy está decidida a convertirse en una maestra, gracias a que siempre ha tenido maestros que la inspiran a prepararse y salir adelante.
“Ya cuando acabe de estudiar en la Escuela Normal, podré estudiar otra carrera de las que me gustan”, dijo.
Sus padres, con lágrimas en los ojos, visualizan el hecho de que su hija, la más pequeña, se irá un poco más lejos de ellos para cumplir su sueño y para mejorar sus condiciones.
Su mamá, la señora Lidia Minjares Hernández llora y le aprieta la mano a Wilima, al relatar que su hija sabe hacer muchas cosas; por ejemplo, borda y hace artesanías de chaquira.
Y se siente orgullosa de que su hija más pequeña quiera superarse, pues, aunque a todos sus hijos los inició en la educación, algunos ya no pudieron seguir estudiando.
A nombre del Gobernador David Monreal Ávila, en la Secretaría de Educación le ofrecieron la posibilidad de estudiar en la Escuela Normal Rural General Matías Ramos Santos, ubicada en el municipio de San Marcos, Loreto, y, aunque se pone un poco melancólica, sabe que es la única forma de llegar lejos, pues, como le dice su padre: “las cosas en el campo no están fáciles”.
Don Jesús, un hombre que usa un sombrero de palma adornado con estambres de colores y plumas de aves, le pide a Wilima que haga todo para lograr ser lo que quiera ser.
“Mi esposa y yo ya somos grandes de edad y el día que faltemos lo único que le vamos a dejar a Wilima son los estudios. En verdad, gracias por toda la ayuda que le ofrecieron para que ella alcance su meta en la vida”, comentó este hombre que ya rebasa los 60 años.